Las cartitas del Dr. Binner
Oscar González
Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional
Ganado por una repentina vocación epistolar, el gobernador santafesino, Hermes Binner, reclama desde Clarín y La Nación que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner convoque a un “diálogo nacional” para analizar “los grandes problemas que afronta el país”.
Al enumerar, el candidato del Frente supuestamente Amplio y –más supuestamente aún– Progresista, menciona al voleo algún que otro asunto: “reducir la evasión de divisas”, “afrontar la crisis habitacional”, “mejorar la base productiva y social”.
Si esas preocupaciones fueran auténticas, serían al menos contradictorias: si la angustia por el nivel de reservas fuese real, no se entiende por qué en 2008 los diputados binneristas se negaron a fortalecer las arcas del Banco Central con los ingresos provenientes del razonable aumento de los derechos de exportación de la soja.
Lo de la falta de viviendas no debe herir demasiado la sensi- bilidad del gobernador, ya que ni siquiera tomó en cuenta las propuestas de su contradictor interno, el senador Rubén Giustiniani, que propició desde crear un banco de suelos hasta montar un ministerio provincial de la vivienda.
Respecto al mejoramiento “productivo y social” el reproche suena a ironía, ya que es el esfuerzo nacional el que permite que las industrias automotrices radicadas en Santa Fe reciban subsidios para evitar suspensiones y despidos, para no hablar del compromiso asumido con el financiamiento de las estratégicas asignaciones por hijo y embarazo.
Pero lo más curioso de la epístola binnerista es que convoca a “discutir democráticamente” y a “un diálogo real”. Es la contracara de su oposición a debatir internamente la propuesta de acompañar desde la coherencia a un gobierno que despliega la agenda y el programa histórico socialistas. Al contrario, montó la guillotina burocrática para decapitar al diputado Jorge Rivas, al que esto escribe y a muchos otros compañeros que, mal que le pese al improvisado corresponsal, siguen participando de un gobierno que impulsa el cambio social y la ampliación de ciudadanía.
Ganado por una repentina vocación epistolar, el gobernador santafesino, Hermes Binner, reclama desde Clarín y La Nación que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner convoque a un “diálogo nacional” para analizar “los grandes problemas que afronta el país”.
Al enumerar, el candidato del Frente supuestamente Amplio y –más supuestamente aún– Progresista, menciona al voleo algún que otro asunto: “reducir la evasión de divisas”, “afrontar la crisis habitacional”, “mejorar la base productiva y social”.
Si esas preocupaciones fueran auténticas, serían al menos contradictorias: si la angustia por el nivel de reservas fuese real, no se entiende por qué en 2008 los diputados binneristas se negaron a fortalecer las arcas del Banco Central con los ingresos provenientes del razonable aumento de los derechos de exportación de la soja.
Lo de la falta de viviendas no debe herir demasiado la sensi- bilidad del gobernador, ya que ni siquiera tomó en cuenta las propuestas de su contradictor interno, el senador Rubén Giustiniani, que propició desde crear un banco de suelos hasta montar un ministerio provincial de la vivienda.
Respecto al mejoramiento “productivo y social” el reproche suena a ironía, ya que es el esfuerzo nacional el que permite que las industrias automotrices radicadas en Santa Fe reciban subsidios para evitar suspensiones y despidos, para no hablar del compromiso asumido con el financiamiento de las estratégicas asignaciones por hijo y embarazo.
Pero lo más curioso de la epístola binnerista es que convoca a “discutir democráticamente” y a “un diálogo real”. Es la contracara de su oposición a debatir internamente la propuesta de acompañar desde la coherencia a un gobierno que despliega la agenda y el programa histórico socialistas. Al contrario, montó la guillotina burocrática para decapitar al diputado Jorge Rivas, al que esto escribe y a muchos otros compañeros que, mal que le pese al improvisado corresponsal, siguen participando de un gobierno que impulsa el cambio social y la ampliación de ciudadanía.