El compromiso socialista, 115 años después
Por Oscar González
Evocar el 115 aniversario de la fundación del Partido Socialista es valorar un episodio singular de la historia política argentina no como puro ejercicio de nostalgia inconducente sino para interpretarlo a la luz de un presente comprometido.
Evocar el 115 aniversario de la fundación del Partido Socialista es valorar un episodio singular de la historia política argentina no como puro ejercicio de nostalgia inconducente sino para interpretarlo a la luz de un presente comprometido.
Identificar la genética de la fuerza política que en las postrimerías del siglo XIX llegó para combatir la “politiquería criolla”, expresión con que los fundadores aludían a las prácticas políticas de una oligarquía que gobernaba mediante el fraude y la represión, es dar cuenta de un largo proceso, por momentos intrincado, pero siempre guiado por propósitos de redención social.
Es en ese contexto que los socialistas abogaron por un sistema político moderno que abriera el camino hacia la participación cívica más amplia, dieron su primer impulso a la legislación obrera y apostaron a un creciente protagonismo de los trabajadores, a quienes instaron a cumplir con su rol histórico en la disputa con la clase propietaria.
Ser coherente con aquellos principios originales que definieron al socialismo como “lucha en defensa y para la elevación del pueblo trabajador” obliga a respaldar hoy las reformas efectivas en curso, en lugar de inventar, como lo hacen quienes retienen el sello partidario, falsas confrontaciones con un gobierno que es el más progresista de la historia argentina.
Más de un siglo después, y bajo otras circunstancias, aquella lucha por ampliar la democracia política y extender los derechos sociales mantiene plena vigencia y cobra mayor actualidad ahora que el horizonte local y regional posibilita el avance del proyecto nacional, popular, democrático y latinoamericanista que lidera la presidenta Cristina Fernández. Es que consolidar los cambios para que el avance de los indicadores económicos redunde en mayor inclusión, así como admitir que el camino de creciente autonomía nacional y unidad regional son innatos a la programática del socialismo, remite a establecer que éste es el lugar para quienes abrevamos en la tradición de la izquierda democrática.
Mantener viva la memoria de aquellos pioneros que el 28 y 29 de junio de 1896 sesionaron en el congreso fundacional del “Partido Socialista Obrero Internacional” y hacerse cargo, sin beneficio de inventario, de un siglo de lucha con aciertos y errores, luces y sombras, conduce a no desentenderse de un presente desafiante que convoca y compromete. Honrar a nuestros predecesores, Juan B, Justo, Alfredo Palacios, Alicia Moreau, Alfredo Bravo, y a nuestros desaparecidos, Mario Díaz , Dardo Dorronzoro, es intervenir con decisión en los procesos reales de cambio y militar en el presente por las reformas sociales y nuevos derechos que impulsa el gobierno nacional.
Publicado por La Política Online, el 1° de julio de 2011.
Por Oscar González
Evocar el 115 aniversario de la fundación del Partido Socialista es valorar un episodio singular de la historia política argentina no como puro ejercicio de nostalgia inconducente sino para interpretarlo a la luz de un presente comprometido.
Evocar el 115 aniversario de la fundación del Partido Socialista es valorar un episodio singular de la historia política argentina no como puro ejercicio de nostalgia inconducente sino para interpretarlo a la luz de un presente comprometido.
Identificar la genética de la fuerza política que en las postrimerías del siglo XIX llegó para combatir la “politiquería criolla”, expresión con que los fundadores aludían a las prácticas políticas de una oligarquía que gobernaba mediante el fraude y la represión, es dar cuenta de un largo proceso, por momentos intrincado, pero siempre guiado por propósitos de redención social.
Es en ese contexto que los socialistas abogaron por un sistema político moderno que abriera el camino hacia la participación cívica más amplia, dieron su primer impulso a la legislación obrera y apostaron a un creciente protagonismo de los trabajadores, a quienes instaron a cumplir con su rol histórico en la disputa con la clase propietaria.
Ser coherente con aquellos principios originales que definieron al socialismo como “lucha en defensa y para la elevación del pueblo trabajador” obliga a respaldar hoy las reformas efectivas en curso, en lugar de inventar, como lo hacen quienes retienen el sello partidario, falsas confrontaciones con un gobierno que es el más progresista de la historia argentina.
Más de un siglo después, y bajo otras circunstancias, aquella lucha por ampliar la democracia política y extender los derechos sociales mantiene plena vigencia y cobra mayor actualidad ahora que el horizonte local y regional posibilita el avance del proyecto nacional, popular, democrático y latinoamericanista que lidera la presidenta Cristina Fernández. Es que consolidar los cambios para que el avance de los indicadores económicos redunde en mayor inclusión, así como admitir que el camino de creciente autonomía nacional y unidad regional son innatos a la programática del socialismo, remite a establecer que éste es el lugar para quienes abrevamos en la tradición de la izquierda democrática.
Mantener viva la memoria de aquellos pioneros que el 28 y 29 de junio de 1896 sesionaron en el congreso fundacional del “Partido Socialista Obrero Internacional” y hacerse cargo, sin beneficio de inventario, de un siglo de lucha con aciertos y errores, luces y sombras, conduce a no desentenderse de un presente desafiante que convoca y compromete. Honrar a nuestros predecesores, Juan B, Justo, Alfredo Palacios, Alicia Moreau, Alfredo Bravo, y a nuestros desaparecidos, Mario Díaz , Dardo Dorronzoro, es intervenir con decisión en los procesos reales de cambio y militar en el presente por las reformas sociales y nuevos derechos que impulsa el gobierno nacional.
Publicado por La Política Online, el 1° de julio de 2011.