Intentan esterilizar a la política
Escribe Oscar González*
La metralla mediática destinada a impactar en la figura de la segunda autoridad política de la República corona una larga ofensiva de cierta prensa contra la decisión del Gobierno de no subordinarse a los oligopolios privados de la información. Ese proceso, que empezó en 2003 con la pretensión de imponerle un programa a Néstor Kirchner, alcanza hoy el paroxismo con el hostigamiento que sufre Amado Boudou.
Atrás quedaron las tradicionales presiones y negociaciones con las que la prensa ligada a los negocios trataba de imponer su agenda y condicionar, en consecuencia, la autonomía de los gobiernos. Lo que estamos viviendo ahora es mucho más: se trata del intento de esterilizar a la política misma como herramienta generadora de cambios progresistas.
A falta de una oposición capaz de articular un proyecto común y competir exitosamente en la arena electoral, esa prensa ha ido radicalizando su discurso. En el camino, ha ido perdiendo su módica credibilidad como corporación "independiente".
La cruzada conlleva el abandono de la pretendida "objetividad" de los medios hegemónicos, hiriendo de muerte las más elementales reglas del oficio periodístico, que impiden bastardear el flujo informativo inoculando campañas, es decir, la reiteración sistemática e injustificada de una misma "noticia", armada sobre la base de afirmaciones antojadizas, hipótesis arbitrarias y presunciones a mansalva.
Esta degradación, que reniega de la búsqueda de un mínimo umbral de veracidad, es la que está 3 la vista con la campaña que apunta al vicepresidente de la Nación.
*Periodista, secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional
Publicado por la Revista El Guardián, Información General, pág. 20, el 13 de abril de 2012.