Crítica /
Esos viejos armados nuevos / Por Ariel Basteiro /
En el año 2000, cuando la crisis aparecía como inminente, un grupo de diputados del Partido Socialista Democrático junto a Elisa Carrió dimos nacimiento al ARI, expresión política que se propuso como una salida por izquierda a la Alianza, que ya por ese entonces mostraba que traicionaría todas sus promesas. La coalición oficialista estaba conformada predominantemente por la UCR y algunos partidos menores, como el Partido Socialista Popular, encabezado por Rubén Giustiniani. Recordemos que el actual senador acompañó con su voto iniciativas tales como el recorte del 13% a trabajadores y jubilados y la flexibilización laboral y sostuvo el apoyo al gobierno de Fernando de la Rúa hasta el último minuto.
Quienes fuimos protagonistas del surgimiento de aquella nueva fuerza, rápidamente comprobamos que los métodos de construcción política de Carrió tenían un sesgo profundamente antidemocrático y que comenzaba a virar hacia posturas de derecha. Esto nos obligó a abandonar ese frente y buscar nuevas alternativas, plurales y progresistas. El autoritarismo de Carrió queda más que evidenciado hoy, cuando en su nueva creación –la Coalición Cívica (CC)– no queda ni uno de los dirigentes que la acompañamos en sus comienzos.
Dicho esto, no sorprende que Giustiniani, actual presidente del PS, quiera llevar al partido a una reedición de la Alianza, junto a la CC y la UCR, que, para no ser menos, también es conducida con una lógica expulsiva por el senador Gerardo Morales, quien no ahorra esfuerzos en su cruzada contra todos aquellos que no piensan como él.
Las tres fuerzas se juntan con la intención de generar “acuerdos por distrito” de cara a las próximas elecciones legislativas, en una obvia remake de aquel intento fallido. Como dice una célebre frase no siempre bien citada, si los grandes hechos de la historia aparecen dos veces, la primera lo hacen como tragedia? y la segunda como farsa.
Giustiniani apela hoy a la necesidad de reconocer la particularidad de cada distrito a la hora de encarar la estrategia electoral, el mismo argumento que esgrimimos desde la conducción del socialismo bonaerense en 2007 y que fue justificativo para la intervención.
Los socialistas de Buenos Aires vemos con preocupación que nuestras históricas banderas puedan ser –nuevamente– puestas al servicio de un proyecto autoritario. /
*Diputado socialista.