domingo, 26 de julio de 2009
LA DESAPARICION DE UN GRAN PATRIOTA Y UN CIUDADANO EJEMPLAR
HORACIO GIBERTI
25 de enero de 1918- 25 de julio de 2009
Escribe Mabael Thwaites Rey
El Ing. Horacio Giberti era un hombre lúcido. Pero no porque a sus 91 años
razonaba con la agilidad y agudeza que lo caracterizaron toda su vida,
sino porque tenía desde siempre la infrecuente brillantez de entender los
problemas en su integralidad y proponer, en consecuencia, soluciones
superadoras de lo obvio, lo simple, lo superficial o lo remanido. Era un
intelectual riguroso, metódico, indagador, muy informado, inconformista,
crítico de todo dogma y siempre comprometido con los principios de
igualdad, justicia, democracia y emancipación social. Lector voraz, pese a
la virtual ceguera que lo jaqueaba desde hace años, era, por sobre todo,
un maestro extraordinario y de célebre generosidad con su tiempo y
saberes.
Profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires, fue uno de los
mayores especialistas en política agraria del país. Dirigía con entusiasmo
el Comité Editorial de la revista Realidad Económica, del IADE,
institución de la que era presidente honorario y amigo entrañable. Había
sido presidente del INTA, Director del Centro de Investigaciones
Económicas y Financieras de la CGE, Director del Banco de la Nación
Argentina y Secretario de Agricultura con la gestión de José B. Gelbard en
el Ministerio de Economía, durante las presidencias de Héctor Cámpora y
Juan D. Perón.
Sus ya clásicos "Historia económica de la ganadería argentina" y "El
desarrollo agrario argentino", son libros considerados imprescindibles
para analizar las transformaciones de la estructura económica y social del
campo durante el Siglo XX. Sus investigaciones al frente del Grupo de
Estudios Agrarios (GREA), que fundó y dirigía, sus eruditos análisis de
coyuntura, sus conferencias, cursos y charlas lo tuvieron activo hasta el
final de su vida. La disputa entre el gobierno y los productores rurales,
abierta en 2008, hizo que su palabra fuera renovadamente requerida por los
medios, las universidades y las organizaciones sociales. La profundidad de
su pensamiento y la consecuencia de sus principios hacen de estas nuevas
intervenciones piezas clave para entender no solo el conflicto actual,
sino las eventuales vías de resolución en un sentido progresista y en pos
del bienestar y la emancipación de las mayorías populares. Horacio Giberti
lega, así, un material valioso para entender el pasado, interpretar el
presente y transformar el futuro.
Hace menos de un año, en agosto del 2008, el Congreso de la Nación lo
homenajeó otorgándole la distinción de "Mayor notable", que recibió con la
serena satisfacción de quienes culminan su vida con el deber cumplido.
Viudo desde hacía tres años de su compañera de toda la vida, Julieta
Menassé, deja dos hijos, Víctor y Jorge, tres nietos, Gabriela, Alejandro
e Irene y un bisnieto, Joaquín. Deja discípulos de todas las generaciones,
alumnos, lectores, amigos y un montón de afectos que atesoró en su vida.
Se va un hombre sabio, un hombre probo, un hombre bueno, de esos que
cuando parten nos dejan, a todos, un poco huérfanos.