Publicado por la Revista Noticias
EL ANALISIS DE ALAIN ROUQUIÉ
El prestigioso politólogo francés analiza la derrota de Kirchner. “No debió dramatizar la elección”. El PJ y el bipartidismo rengo.
NOTICIAS: ¿Qué significa la derrota de un proyecto como el kirchnerista para la Argentina y para la región?
Alain Rouquié: El Gobierno no debió dramatizar la elección y transformarla en un plebiscito. En consecuencia, el efecto búmeran hizo aparecer la derrota más grave de lo que es. Hay que conservar las proporciones. No es la primera vez en la Argentina o en otro país que un jefe de Estado pierde la mayoría en el Congreso. El Gobierno sale debilitado y le resultará más difícil desarrollar su política sin obstáculos.
Pero no es el fin de un proyecto –si es que hay uno– ni un acontecimiento histórico.
NOTICIAS: ¿Por qué perdió Kirchner?
Rouquié: Lo que veo en estas elecciones es, primero, que la democracia funciona y que los electores, insensibles a los pequeños acuerdos o a los subterfugios, manifestaron su descontento.
La estrategia adoptada no impidió un voto sanción. Al arrebatar la mayoría al kirchnerismo, ese resultado en principio debería darle un papel más importante al Congreso, relativamente marginado desde hace seis años, y en consecuencia mejorar la calidad institucional de la democracia argentina.
NOTICIAS: La caída de Kirchner significó el ascenso de otros peronistas o protoperonistas como Reutemann, De Narváez y Macri. ¿El peronismo es inmune al desgaste político más allá de la derrota de una de sus ramas, como la kirchnerista?
Rouquié: La Argentina sigue padeciendo una crisis de representatividad.
Los partidos, desvalorizados, se derrumbaron o se dividieron. El resultado de estas elecciones confirma que el peronismo pulverizado está a la vez en el poder y en la oposición, y que el nombre peronismo significa más un estilo político que una ideología o un programa.
NOTICIAS: Mirando desde la perspectiva de la crisis económica europea, ¿cómo se ve este proceso del kirchnerismo iniciado en el 2003 y continuado por Cristina Fernández? Los Kirchner dicen que fueron pioneros en responder a la crisis –con fuerte participación del Estado– del modo que ahora se hace en los Estados Unidos y Europa.
Rouquié: No habría que olvidar el pasado reciente. Néstor Kirchner, que fue elegido “por defecto” en el 2003, consiguió la proeza de construir un Ejecutivo fuerte a partir de una débil legitimidad de origen. Después del desastre del 2001 restableció la indispensable autoridad de la Presidencia y del Estado, y volvió a colocar la política en el centro de la la vida nacional –para bien y para mal–, y en el 2006 alcanzó niveles de popularidad sin precedentes desde hace tiempo.
Pero, por otra parte, la rehabilitación del Estado después de un decenio de ultraliberalismo y de “piloto automático” del mercado no es específico de la Argentina. Existe más o menos en toda América Latina porque corresponde a las expectativas de las opiniones públicas.
NOTICIAS: ¿En qué lugar del escenario latinoamericano ubica a los Kirchner? ¿Con Chávez y Ortega? ¿Con Lula y Bachelet? ¿O solos?
Rouquié: Yo no creo en la utilidad de esas comparaciones y clasificaciones.
En cuanto a la Argentina, es un gran país con una historia singular, lo que explica sus incertidumbres y dificultades.
NOTICIAS: Los Kirchner dicen que en estas elecciones debieron luchar contra los medios de comunicación luego de que controlaran la mayoría de ellos en sus primeros años de gobierno. ¿Qué peso real pueden tener los medios en una elección?
Rouquié: Ganar las elecciones también es ganar la batalla de los medios de comunicación, no controlándolos, sino esforzándose en convencerlos o seducirlos. Los presidentes argentinos, tanto los de antes como los de ahora, no parecen haber tenido un trato muy cooperativo por parte de la prensa.
NOTICIAS: ¿Observa un descreimiento en el sistema democrático en América Latina?
Rouquié: Es cierto que las encuestas muestran resultados que son poco alentadores, pero que no siempre son negativos para los partidos. Hay diferentes explicaciones en cada país. En algunos países que sufrieron dictadura extremadamente violentas, como la Argentina, se produjo una suerte de despolitización que se traduce en un desinterés por la política y en un distanciamiento con respecto a los dirigentes.
Tal vez porque en los años '60 y los '70 hubo una fuerte politización, ahora se piensa que la política conduce a la catástrofe.
NOTICIAS: Los ciudadanos critican la lentitud, la complejidad procesal y el internismo.
Rouquié: En una época en que la gente exige soluciones y respuestas rápidas, todos esos elementos apare- cen como factores negativos.
NOTICIAS: Pero la democracia se nutre de discusiones y de consensos.
Rouquié: ¡Justamente! Pero el ritmo de la mediación democrática no responde a las expectativas de la sociedad civil. La crisis de partidos tiene dimensiones mundiales. Pero en la mayoría de países de América Latina hay un verdadero problema porque los partidos son considerados arcaicos o ineficaces. Y hay países donde no hay partidos o donde los partidos no juegan un papel demasiado importante.
NOTICIAS: ¿Usted habla de la Argentina? Rouquié: Néstor Kirchner gobernó con un frente, pero nunca concretó el partido transversal que prometía en una época, esa anunciada renovación de la izquierda que jamás cristalizó. A veces la sociedad deposita expectativas en un partido que luego decepciona esas esperanzas.
NOTICIAS: ¿Por qué Kirchner no concretó ese partido transversal?
Rouquié: Es difícil crear un nuevo partido. Hay viejos partidos que se diluyen, se dividen y se fragmentan. ¿Qué es el peronismo en la actualidad? Sólo un sentimiento. Actualmente hay peronistas en el poder y en la oposición. Para el ciudadano, repito, eso es incomprensible y confuso. Una de las razones de ese desencanto con respecto a los partidos y al Parlamento es que, de la misma manera que es relativamente fácil restablecer las instituciones democráticas, resulta extremadamente difícil recrear un partido. Eso significa definir un programa, permitir el surgimiento de líderes y lograr una implantación.
Eso es muy complejo.
NOTICIAS: La division del peronismo y del radicalismo tampoco ayuda a fortalecer el sistema.
Rouquié: La atomización del radicalismo contribuyó en todo caso a terminar con el bipartidismo argentino, que existió entre 1983 y el 2003. Veinte años de bipartidismo con dos alternancias?
NOTICIAS: Alternancias traumáticas.
Rouquié: No fue así en 1989 y 1999. En esos momentos se podía pensar que había un bipartidismo equilibrado y que las instituciones funcionaban como uno podía imaginar en una Argentina ideal, con dos grandes partidos fuertes y con tradición, como los blancos y colorados en Uruguay, que rotarían en el ejercicio del poder. Nadie podía pensar en ese momento que uno de esos partidos crecería hasta convertirse en una fuerza enorme que ocupa todo el espectro político y que el otro se debilitaría hasta prácticamente desaparecer, como ocurrió con el radicalismo.
NOTICIAS: ¿Qué explica las dificultades de la Argentina para estabilizar un sistema de partidos? Rouquié: La Argentina es un país que sufrió mucho.
NOTICIAS: Eso también ayuda a comprender muchas cosas.
Rouquié: Sí, pero 50 años de militarismo ejercieron una enorme influencia, sobre todo tratándose de un militarismo que no fue demasiado iluminado.
FICHA PERSONAL
Alain Rouquié (70) es uno de los mayores especialistas de América Latina.
● Fue embajador de Francia en México y Brasil.
● Escribió “El Estado militar en América Latina”, un clásico de las ciencias políticas.
● Es director emérito de investigación en la Fundación de Ciencias Políticas de París.
● Dirige actualmente la Casa de América Latina en París