Para el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz hubo una lectura equivocada de las últimas elecciones
Jaime Rosemberg /LA NACION
Nunca abandona los buenos modales ni las declaraciones políticamente correctas, a tono con la tradición de su partido. Miguel Lifschitz, el intendente socialista de Rosario, se sonríe cuando le hablan de su diplomacia, pero asegura que ése es, precisamente, el mejor elogio en estos tiempos de crispación y disputa entre el Gobierno y la oposición. "Hay una lógica binaria muy negativa para la Argentina. La política es diálogo, matices, posiciones distintas", afirma Lifschitz a LA NACION en la sede porteña de la Casa de Santa Fe.
Sin abandonar ese estilo, el mismo que cultiva el gobernador Hermes Binner, hay también definiciones: Lifschitz no descarta su candidatura a gobernador; critica a Julio Cobos y a Elisa Carrió, aunque rescata el acuerdo con la UCR a nivel nacional; sostiene la necesidad de un diálogo con el Gobierno, pero deja en claro su oposición a la política de agresiones y críticas a periodistas y opositores de las últimas semanas.
-¿Cómo se ve desde Rosario el clima político nacional?
-Hubo una lectura equivocada del 28 de junio: pensamos que el Gobierno había perdido y la oposición, ganado. Fue una simplificación que no refleja la realidad, el Gobierno sacó menos votos, pero fue la opción más votada, y la oposición es un mosaico heterogéneo, con personalidades muy fuertes y dificultades en la construcción. Estamos en una lógica binaria muy negativa para la Argentina. La política es diálogo, matices.
- ¿Y dónde está parado el PS?
-Es un partido con posiciones propias, con autonomía política. Si bien nos encuadramos genéricamente en la oposición, no compartimos muchas posiciones de partidos que están allí, como Pro o el peronismo federal.
-¿El Acuerdo Cívico existe?
-Hay diálogo entre los distintos dirigentes, pero es muy prematuro pensar un alineamiento electoral. Tenemos excelente diálogo y nuestra mayor afinidad está con la UCR y el sector de Sanz, Morales y Alfonsín. Con la Coalición Cívica se trabaja bien en Santa Fe. El problema es cuando las cuestiones nacionales se trasladan a las provincias.
-¿Y si la UCR elige a Cobos?
-Habrá que analizarlo en su momento. Pero no me parece compatible la función de vicepresidente con la de líder de la oposición, son dos lugares contradictorios entre sí. Deberá resolverlo Cobos en el terreno de la coherencia política.
-¿Es progresista este gobierno? ¿Cómo explica el apoyo del PS a muchas de sus posturas?
-La división entre progresismo y antiprogresismo es muy esquemática. Preferimos mirar la realidad en función de nuestro pensamiento, a veces coincidimos y otras no.
-¿Hay obstrucción del Gobierno a la gestión socialista?
-El PJ siempre es difícil cuando está en la oposición. A pesar de sus diferencias, están juntos para oponerse al gobernador y trabar su gestión.
-Santa Fe no gozará de la postergación de deudas provinciales...
-Lamentablemente, no hemos sido beneficiados por la propuesta de la Presidenta. Está bien que se atienda a las provincias endeudadas, pero mejor sería que se reconociera a quienes hemos hecho el esfuerzo de no endeudarnos. Se premia a quien se endeuda, y se nos discrimina.
-¿Reutemann será candidato?
-Es un pragmático, vinculado con sectores conservadores del PJ. Difícil que vuelva a disputar la provincia.
-¿Ud. será candidato a gobernador contra Agustín Rossi?
-El ya ha planteado su deseo de ser candidato. Para alguien que es intendente de Rosario..., es un desafío.Si un jugador se destaca en primera, su desafío es ir a la selección. Pero el proyecto es colectivo.
-Se reunió con Néstor Kirchner cuando éste dejó la presidencia. ¿Se arrepiente?
-Bueno, ésa es la irracionalidad que hay en la política. No debería ser extraordinario que alguien se reuniera con un ex presidente. No hay chances de hacer algo al margen de la decisión del partido.
-¿Qué opina de las agresiones y juicios públicos a periodistas?
-Son situaciones negativas y peligrosas. Tienen que ver con acostumbrarnos a la violencia, a la intolerancia hacia quienes piensan distinto. Hay responsabilidad del Gobierno en no promover ni incentivar estas actitudes y discursos.