Apuntes sobre el bicentenario: oficialismo, medios y oposición
Escribe: Artemio Lopez
Algunas notas colaterales que quiero compartir.
La vitalidad de la convocatoria para el bicentenario dio verosimilitud y encarnadura social a la persistencia del kirchnerismo como actor político central de cara a las elecciones de 2011, tal como lo señalaba su condición de primera minoría electoral, condición que nunca perdió, ni aun en el valle de junio de 2009, cuando obtuvo el 35% de los votos nacionales, con todos los indicadores sociales y económicos del país en su peor momento desde la apertura del ciclo kirchnerista en mayo del año 2003.
Si ese piso del 35% se construyó en junio de 2009, en medio de la nada, ¿por qué no suponer que, ordenando el frente externo, con un crecimiento del 6% promedio anual y 7% en el segundo semestre de este año, el despliegue de la Asignación Universal por Hijo sobre sectores vulnerables, el FPV pueda finalmente acceder al 40% en primera vuelta y disputar con muchas chances las elecciones presidenciales de 2011?
Es necio negar esta posibilidad. Y el despliegue sorprendente de energía social puesto de manifiesto durante los festejos del bicentenario ponen también a flor de piel esa necedad.
En sentido contrario, el atrapamiento de la oposición política, transformada en una pieza más en la estrategia de confrontación de los medios hegemónicos contra el oficialismo, que quedó desairada y sin reacción frente a la magnitud de lo sucedido, cuyo punto de máxima visibilidad en el despiste fue el vicepresidente opositor Julio Cleto Cobos, concurriendo a la reapertura parcial de un teatro, que si algo de capital político dejó fue capitalizado por su mayor competidor en el campo opositor, Mauricio Macri.
Pero el vicepresidente cumplió al pie de la letra su “rol de gran opositor” que le toca actuar en la estrategia diseñada por los grandes medios, del que es solo una pieza más y, probablemente, ya descartable.