Buenas Noticias
Por Julio Godio
El actual equilibrio de fuerzas en el Congreso Nacional entre el heterogéneo e inestable campo opositor y el cohesionado pero amurallado bloque kirchnerista ha generado una inédita parálisis en ambas Cámaras. La llamada “oposición” no sólo está limitada por su peso relativo, sino porque sus acusaciones al gobierno nacional carecen de sustento, dado que la economía y la creación de empleo muestran desde el 4º trimestre tendencias positivas, por el aumento del Producto Bruto Interno (PBI). Varios indicadores muestran un crecimiento, y entre ellos, como veremos, se incluye al empleo.
La recuperación productiva se ha producido por cambios positivos en el contexto internacional de la región y por algunas medidas de política a nivel interno (políticas de ingresos y ajuste de la protección cambiaria). El consumo privado y el gasto público son los componentes de la demanda agregada que más se expandieron.[1]
Los rasgos más salientes de la recuperación en 2009 son los siguientes:
- la economía vuelve a crecer (2,6% interanual)
- se recupera el comercio exterior, que entre enero 2009 y enero 2010 registra un aumento del 19% por exportaciones
- los productores de bienes y servicios han vuelto a crecer: en el 4º trimestre de 2009 la tasa interanual señaló un aumento del 1,0% en los bienes y del 23,5% en servicios
- la industria manufacturera creció en enero 2010 un 11% frente a enero 2009
- también la construcción ha tenido una expansión interanual del 11,8% en los meses que van de diciembre 2009 a febrero 2010
- se redujo la fuga de capitales en forma constante y en noviembre-diciembre 2009 ha habido una entrada neta de capitales vinculada a la recuperación del crecimiento y las nuevas oportunidades de rentabilidad
En el marco del crecimiento reapareció la inevitable inflación. Para 2010 se espera una tasa de inflación considerablemente más elevada que en 2009, con un piso del 20%. Ello se explica por un conjunto de factores: aumento del tipo de cambio nominal durante 2009, disminución de la oferta de carne por reducción del stock, alza de precios en los servicios públicos por reducción de subsidios. Pero para preservar los niveles de empleo, el gobierno dispuso aumentar la inversión y sostener las actividades económicas estratégicas.
Los efectos de la crisis internacional en nuestro país impactaron negativamente sobre las principales variables del mercado de trabajo. El desempleo ascendió en los tres primeros trimestres de 2009 del 9,2% al 10,6%. Pero ya en el 4º trimestre de 2009, la desocupación cayó al 8,4%, en un marco del incremento de la tasa de actividad.
Ha sido el buen funcionamiento de la economía, junto con medidas cautelares de defensa del empleo, lo que permitió que el impacto de la crisis financiera internacional de 2009 tuviera menos fuerza que durante 2001-02. Es necesario recordar que durante esa gran crisis, el empleo cayó fuertemente en 3 puntos porcentuales. Ahora, en 2009, se redujo sólo en 2 puntos porcentuales.
Entre el tercer trimestre de 2008 y el mismo de 2009 se perdieron alrededor de 337.0’000 puestos de trabajo. Pero el 41% de esta pérdida se produjo en ocupaciones no asalariadas, el 31% en puestos no registrados y sólo el 28% en los puestos de trabajo asalariado registrados.
El Ministerio de Trabajo subsidió parcialmente los salarios de 144 mil trabajadores dentro del Programa de Recuperación Productiva (Repro). Desde 2009 se observaba un proceso de desaceleración en el crecimiento del empleo registrado. Pero el hecho de que sólo se haya perdido el 28% de los puestos de trabajo registrados no es un dato menor: indica que el aparato productivo ha logrado seguir funcionando normalmente.
Es cierto que los puestos de trabajo registrados sólo indican incipientes niveles de recuperación. Pero, dada la estabilidad macroeconómica, es previsible que se recuperen durante 2010 alrededor de 150.000 puestos de trabajo registrados perdidos.
Pese a la crisis, se mantuvo el ascenso del salario real. Hacia el 3º trimestre de 2009 las remuneraciones reales del total de asalariados registrados mantenían una tendencia creciente respecto del mismo trimestre del año anterior: el incremento interanual fue del 5,7% promedio (6,4% en los servicios y 4,4% en sectores productores de bienes). Pero sólo las provincias de Chubut, Santa Cruz y Buenos Aires, junto con la Capital Federal, muestran una evolución positiva de las remuneraciones.
Debe señalarse que la pobreza sigue afectando al 30% de los hogares, aunque en disminución por la implementación del importante programa de Asignación Universal por Hijo.
Han comenzado en abril 2010, con el monitoreo del Ministerio de Trabajo, las negociaciones salariales tripartitas, que abarcarán a 6 millones de trabajadores asalariados registrados. Se esperan aumentos salariales del 25% promedio, que incluirán a segmentos de trabajadores en negro. Los aumentos salariales fortalecerán la capacidad de compra de los sectores populares, y con ello se logrará un nuevo impulso a las empresas y la economía.
La fortaleza de la economía terminará —indirectamente— por erosionar el bloqueo institucional que pretende imponer la errática oposición política. El gobierno de CFK sigue firme.
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[1] CIFRA, Centro de Investigación y Formación de la CTA, Buenos Aires, marzo de 2010.
Por Julio Godio
El actual equilibrio de fuerzas en el Congreso Nacional entre el heterogéneo e inestable campo opositor y el cohesionado pero amurallado bloque kirchnerista ha generado una inédita parálisis en ambas Cámaras. La llamada “oposición” no sólo está limitada por su peso relativo, sino porque sus acusaciones al gobierno nacional carecen de sustento, dado que la economía y la creación de empleo muestran desde el 4º trimestre tendencias positivas, por el aumento del Producto Bruto Interno (PBI). Varios indicadores muestran un crecimiento, y entre ellos, como veremos, se incluye al empleo.
La recuperación productiva se ha producido por cambios positivos en el contexto internacional de la región y por algunas medidas de política a nivel interno (políticas de ingresos y ajuste de la protección cambiaria). El consumo privado y el gasto público son los componentes de la demanda agregada que más se expandieron.[1]
Los rasgos más salientes de la recuperación en 2009 son los siguientes:
- la economía vuelve a crecer (2,6% interanual)
- se recupera el comercio exterior, que entre enero 2009 y enero 2010 registra un aumento del 19% por exportaciones
- los productores de bienes y servicios han vuelto a crecer: en el 4º trimestre de 2009 la tasa interanual señaló un aumento del 1,0% en los bienes y del 23,5% en servicios
- la industria manufacturera creció en enero 2010 un 11% frente a enero 2009
- también la construcción ha tenido una expansión interanual del 11,8% en los meses que van de diciembre 2009 a febrero 2010
- se redujo la fuga de capitales en forma constante y en noviembre-diciembre 2009 ha habido una entrada neta de capitales vinculada a la recuperación del crecimiento y las nuevas oportunidades de rentabilidad
En el marco del crecimiento reapareció la inevitable inflación. Para 2010 se espera una tasa de inflación considerablemente más elevada que en 2009, con un piso del 20%. Ello se explica por un conjunto de factores: aumento del tipo de cambio nominal durante 2009, disminución de la oferta de carne por reducción del stock, alza de precios en los servicios públicos por reducción de subsidios. Pero para preservar los niveles de empleo, el gobierno dispuso aumentar la inversión y sostener las actividades económicas estratégicas.
Los efectos de la crisis internacional en nuestro país impactaron negativamente sobre las principales variables del mercado de trabajo. El desempleo ascendió en los tres primeros trimestres de 2009 del 9,2% al 10,6%. Pero ya en el 4º trimestre de 2009, la desocupación cayó al 8,4%, en un marco del incremento de la tasa de actividad.
Ha sido el buen funcionamiento de la economía, junto con medidas cautelares de defensa del empleo, lo que permitió que el impacto de la crisis financiera internacional de 2009 tuviera menos fuerza que durante 2001-02. Es necesario recordar que durante esa gran crisis, el empleo cayó fuertemente en 3 puntos porcentuales. Ahora, en 2009, se redujo sólo en 2 puntos porcentuales.
Entre el tercer trimestre de 2008 y el mismo de 2009 se perdieron alrededor de 337.0’000 puestos de trabajo. Pero el 41% de esta pérdida se produjo en ocupaciones no asalariadas, el 31% en puestos no registrados y sólo el 28% en los puestos de trabajo asalariado registrados.
El Ministerio de Trabajo subsidió parcialmente los salarios de 144 mil trabajadores dentro del Programa de Recuperación Productiva (Repro). Desde 2009 se observaba un proceso de desaceleración en el crecimiento del empleo registrado. Pero el hecho de que sólo se haya perdido el 28% de los puestos de trabajo registrados no es un dato menor: indica que el aparato productivo ha logrado seguir funcionando normalmente.
Es cierto que los puestos de trabajo registrados sólo indican incipientes niveles de recuperación. Pero, dada la estabilidad macroeconómica, es previsible que se recuperen durante 2010 alrededor de 150.000 puestos de trabajo registrados perdidos.
Pese a la crisis, se mantuvo el ascenso del salario real. Hacia el 3º trimestre de 2009 las remuneraciones reales del total de asalariados registrados mantenían una tendencia creciente respecto del mismo trimestre del año anterior: el incremento interanual fue del 5,7% promedio (6,4% en los servicios y 4,4% en sectores productores de bienes). Pero sólo las provincias de Chubut, Santa Cruz y Buenos Aires, junto con la Capital Federal, muestran una evolución positiva de las remuneraciones.
Debe señalarse que la pobreza sigue afectando al 30% de los hogares, aunque en disminución por la implementación del importante programa de Asignación Universal por Hijo.
Han comenzado en abril 2010, con el monitoreo del Ministerio de Trabajo, las negociaciones salariales tripartitas, que abarcarán a 6 millones de trabajadores asalariados registrados. Se esperan aumentos salariales del 25% promedio, que incluirán a segmentos de trabajadores en negro. Los aumentos salariales fortalecerán la capacidad de compra de los sectores populares, y con ello se logrará un nuevo impulso a las empresas y la economía.
La fortaleza de la economía terminará —indirectamente— por erosionar el bloqueo institucional que pretende imponer la errática oposición política. El gobierno de CFK sigue firme.
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[1] CIFRA, Centro de Investigación y Formación de la CTA, Buenos Aires, marzo de 2010.
