Un texto del economista Horacio Rovelli, que supo asesorar a Alfredo Bravo, expone las caracteristicas y el sentido del "modelo sojero" que impulsan los sectores del privilegio agrario.
El bloque conformado por las firmas comercializadoras de granos, los proveedores de insumos y tecnología y, productores primarios (incluidos los pools de siembra), más la producción de bio combustible, tras sus demandas por reducir las retenciones y solicitar subsidio para la producción de bio combustible, tratan de imponer su modelo de acumulación, sabiendo que tienen demanda sostenida y por mucho tiempo en Asia, y en la convicción que la renta extraordinaria les pertenece en su totalidad, sin importarle el nivel de vida de la población y los demás sectores del trabajo y de la producción.
En lugar de un modelo de desarrollo inclusivo (que permite industrializarnos y generar mayor valor agregado, para que crezcan las exportaciones de mayor valor y el mercado interno), pretenden un modelo que los tenga a ellos como únicos beneficiados, sin importarle el impacto sobre el precio de los alimentos, el costo y el poder adquisitivo del salario y todas las demás producciones.
En ese modelo subsistirían algunas industrias internacionalizadas y aquellas que logren acordar con Brasil y los EEUU, que a la vez puedan soportar la competencia de los productos asiáticos
Una economía para pocos como lo han hecho tantas veces, que condena al no crecimiento y a una nueva forma de exclusión (quienes para vivir van a depender de lo que le quieran dar los privilegiados del modelo que tratan de imponer, “nuevas sociedades de beneficencia” de los productores y comercializadores de soja).
Por eso debemos entender, después de la experiencia traumática de la economía que priorizaba las decisiones del mercado, donde queda claro, tras reinta años de esa prédica en nuestro país y en el mundo, que el resultado es una sociedad más injusta, con exclusión de cada vez mayores franjas de la población, para desembocar en crisis periódicas cada vez más profundas, el sector privilegiado de ese modelo, trata de llevar aguas para su molino imponiendo sus intereses por encima de los intereses del país y de la población
Por ello debería plantearse la necesidad de que el Estado en nombre de todos, regule y garantice las reglas de juego, propicie el crecimiento económico con generación de empleo, y apuntale una imprescindible mejora en la distribución de ingreso para que todos participemos de lo que se produce.
El objetivo debe ser maximizar el empleo, maximizar la producción, y mejorar la distribución de lo que se produce “De la crisis se sale solamente con crecimiento económico”, como se hizo en nuestro país durante la crisis de los años 2001/2002, pero, a la vez, defendiendo el mercado interno para no facilitar la sustitución local de producción y de trabajo, orientando las ventas al exterior para priorizar aquellas con mayor valor agregado, para que paralelamente en lugar de destinar cada vez más recursos a la soja, se lo haga con los cultivos que consumimos
Para ello se debería pensar no en reducir las retenciones a la soja, sino en incrementarlas
Según un informe de la consultora Economías y Regiones (E&R) en el año 2008 en promedio, los tamberos tuvieron una pérdida de U$s 167 por hectárea, y los productores de trigo del norte de la Provincia de Buenos Aires perdieron U$s 43,5 por ha, los del Sudeste de la provincia U$s 24,7 ha., ante la suba de costos de agroquímicos y de comercialización.
El Informe reconoce que la ganadería en promedio fue rentable en el año 2008, y también tienen márgenes positivos el maíz y otros cultivos
Pero afirma que la soja otorga ganancias de U$s 325 por ha por año en la zona núcleo, de U$s 65 en salta y un promedio de U$s 200 en el resto del país
CONCLUSION:
Estamos frente a una crisis económica internacional de proporciones, pero si respetan los principios de intervención estatal y se controla a los sectores más concentrados de la sociedad, se garantiza no solamente afrontarla en mejores condiciones, sino y sobre todo, que no repercuta en los sectores de ingreso fijo y más débiles de la sociedad, garantía para salir fortalecido de la crisis, a la vez que se generan condiciones para un nuevo modelo de acumulación que tenga al Estado como soporte y como referente.
De allí que toda medida que se tome para controlar la producción y las exportaciones de la soja, así como favorezcan otros tipos de producción, no solo repercutirá en la economía Argentina, sino que debilitará al modelo sojero, de monocultivo, dependencia técnica y económica, y contaminante de nuestra tierra, del agua y del aire.
Otra vez debe generarse los cordones verdes alrededor de nuestros pueblos y ciudades, con papa, verduras, legumbres, etc., en lugar de la soja y su carga de glifosato contaminante.